Vom 19. Juni bis 14. Juli tagt der Menschenrechtsrat der Vereinten Nationen, ein Unterorgan der UN-Generalversammlung. Seine Aufgabe ist es, sich mit Verstößen gegen Menschenrechte zu beschäftigen und diese anzuprangern. Der Tagesspiegel, eine 1945 gegründete Tageszeitung aus Berlin, hat Experten gefragt, mit welchen Staaten sich der Menschenrechtsrat dringend beschäftigen sollte. In Bezug auf Kuba weist Martin Lessenthin, Historiker und Mitglied des Kuratoriums des Deutschen Instituts für Menschenrechte, darauf hin, dass die schlimmen Zustände auf Kuba mehr Aufmerksamkeit benötigen.
Die kommunistisch regierte Karibikinsel Kuba ist zugleich Traumurlaubsziel und Krisenland. Der Schönheit des Landes steht allerdings das Leid seiner Bevölkerung entgegen. Der hilft es nur bedingt, wenn man dort sein Geld ausgibt. „Kubas Machtelite sperrt Regimekritiker weg und sichert ihren Luxus vornehmlich durch Einnahmen aus dem Tourismus. Den größten Anteil daran haben Urlauber aus Deutschland und Kanada. Aufklärung kann helfen, diese Quelle für das Regime auszutrocknen. Wir alle können durch Kuba-Verzicht für die weit über 1.000 politischen Gefangenen auf der Karibikinsel eintreten. Kuba und Nordkorea sind die treuesten Vasallen für Menschenrechtsverletzer und Kriegsverbrecher. Sie sind willfährige Helfer, Waffenhändler und Lieferanten von ‚Menschenmaterial‘. Dies gilt aktuell auch für die kubanischen Militärs, die für Russland in der Ukraine töten“.
Lo que manifiesta Martín Lessenthin sobre el oxígeno al régimen opresor que representa el turismo en Cuba, es totalmente cierto. ¿No deseamos dictadura y más represión en Cuba? ¿Deseamos excarcelación para el estimado 1000 presos políticos en la isla? A frenar los mojitos y el jineterismo turístico en Cuba.
El propósito de la llamada revolución cubana de 1959 fue la de restaurar la democracia y Constitución Cubana de 1940 en la isla. Al llegar al poder, el dictador Fidel Castro le arrebató al pueblo los derechos económicos que aún poseía. De manera unilateral Castro puso fin a la empresa privada cubana y al comercio interno en Cuba. El régimen hoy en día se nutre de las remesas y donaciones internacionales; el turismo es fuente directa de ingreso para La Habana. A 2 años de las protestas en masa del 11 de julio, lo que falta en Cuba es la libertad interna del pueblo cubano. Desgraciadamente lo que también sobra es la ignorancia e indolencia del turista en Cuba que subvenciona al régimen con su presencia y su dinero, para que éste siga atropellando al pueblo cubano.
Como cubana y como activista por los Derechos Humanos, coincido plenamente con Martin Lessenthin, hacer turismo en Cuba es llenar las arcas del desgobierno castrista, en nada beneficia a la economía del pueblo. El castrismo es un mal que castiga a los cubanos y el único interés de sus representantes es sostenerse en el poder. Visitar Cuba es cooperar con el régimen que la subyuga en la miseria y la destrucción.
Soy cubano judio benei anusim, recientemente exiliado por el régimen comunista de La Habana, por prácticar libremente mi religión. Si alguien en Cuba desea vivir acorde a sus creencias se expone a una segura persecución sino se somete a los limites y condiciones establecidos por la dictadura.
La dictadura cubana está desarrollando un holodomor en contra de su propio pueblo, inculpando de manera cinica al embargo de EE. UU. Todo los fondos y ayudas economicas y financieras que la UE envia a favor del pueblo el régimen se lo roba con total vulgaridad. Evidencia clara el colapso del sistema sanitario cubano. El adoctrinamiento infantil en las escuelas es cada vez más rancio.
Confiamos en el compromiso de la UE hacia el respeto a los DD.HH.
„Ir a Cuba como turista es ir a darle oxígeno a la dictadura. Basta de hacer eso, son muchos años de sufrimiento para el pueblo cubano, necesitamos el apoyo de los pueblos del mundo y que todos sepan la realidad que viven los cubanos en la isla cárcel.“
La tiranía Socialista cubana ha llevado a los habitantes de la isla a un empobrecimiento no solo económico sino espiritual. El alejamiento de la Verdad que provocó la catástrofe de 1959, instaló en la mente de los cubanos el estatismo feroz y el desechamiento de la tradición cristiana. La isla cautiva es hoy un barco a la deriva y que hace aguas por todas partes.